lunes, 15 de febrero de 2021

Lo realmente importante.

"Recuerda dónde está lo realmente importante." –le dije durante una de nuestras eternas conversaciones telefónicas–. "Deja de estar buscando que Guille te ponga una estrellita en la frente. Quédate con lo que estás inspirando en tus estudiantes. Con el cariño que te entregan a cambio. Con saber que gran parte de su desarrollo fue gracias a ti." Pero a Lolo le costaba mucho trabajo entenderlo. Lo mismo que tenía de talentoso, lo tenía de inseguro. Y para mí era lógico. Los Artistas más grandes que he conocido son generalmente los que más dudan de sí mismos. Tenía miedo de no ser Bailarín, cuando le repetí mil veces que lo que necesitaban sus estudiantes no era un Bailarín sino un Actor y Cantante. Tenía pánico de no poder producir un espectáculo cuando le repetí mil veces que podía producir todo lo que él quisiera. Fueron meses de muy largas conversaciones los que tuvimos, pero rindieron fruto porque creo que al final lo entendió. A regañadientes, pero lo entendió.

¿Para qué te miento Lolo si desde donde estás lo puedes ver todo y saber todo? Eras necio, berrinchudo, dramático. Pinche Eduardo Rafael, como buen Aries, a veces eras verdaderamente insufrible. Te costaba mucho trabajo separar lo personal de lo profesional. Pero también eras inmensamente talentoso, cariñoso, sensible, trabajador, persistente. Firme en tus convicciones, inamovible con tus objetivos. Y lo mas importante: siempre tuviste toda la capacidad para trascender sembrando un poco de ti en cada persona que te conoció. Y lo hiciste. Eras un tremendo tenor cuya potencia vocal he escuchado en muy pocas personas. Movido, bromista, soñador, apasionado. Un ser humano en toda la extensión de la palabra. 

A mí la muerte me encabrona. Creo que es lo primero que siento, más allá de la tristeza o de cualquier otra cosa. Así que Lolo, estoy encabronado. Aunque admito que un poco acostumbrado porque no es la primera vez que te vas sin despedirte. Pero supongo eso era parte de tu encanto, dejarnos a todos "en final de viernes".

Desde que Toño y Luis Carlos se me fueron, ya no sé si creo en el más allá porque no he recibido ni un pinche susurro de su parte. Ni una señal, ni un mensaje ni nada. Pero me quiero aferrar al consuelo que me brinda imaginarte con tu Mamá, de quien (con toda razón) nunca lograste desprenderte. Te miré muchas veces las lágrimas entre las risas y las bromas; la ausencia de tu Madre se notaba. La cargabas todos los días. Y la llevabas en tu voz, quizás por eso nos movía tanto. Ahora te imagino de la mano con ella y rodeado de amor. Consuelo de tontos quizás, para los que nos quedamos.

Todo mundo te dice ahora que "vueles alto" o que ahora "cantes en el cielo". Yo te digo que hagas lo que se te dé la gana, pero que no olvides al menos una vez contemplar todo lo que sembraste, inspiraste y construiste. Porque todo es hermoso Lolo. Todo. 

Recuerda dónde está lo realmente importante.


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